Nuestras centrales Espinos y Olivos, nacen como respuesta a la crisis energética que enfrentó Chile a partir del año 2007. Los recortes de suministro de gas natural proveniente de Argentina, combinado con un año hidrológico seco, promovieron la incorporación de nuevas plantas generadoras al sistema. Dichas nuevas centrales debían utilizar combustibles diferentes al gas natural, asegurando así, el suministro eléctrico a la zona central del país.

Ambas centrales cuentan con avanzada tecnología tanto en motores diésel, como en equipos eléctricos, y son administradas siguiendo un estricto plan de mantenimiento, maximizando así la confiabilidad de los equipos. Al mismo tiempo, ambas centrales cuentan con rigurosos procedimientos de seguridad y monitoreo de variables medioambientales.